La dómotica empezó a desarrollarse hace más de veinte años
en los Países Bajos, y luego tuvo aceptación en el Primer Mundo. En la
Argentina, las primeras empresas dedicadas al sector surgieron en 1997 y hoy se
hace cada vez más presente en las construcciones nuevas. Ya cuentan con
sistemas inteligentes el Hotel Madero en Buenos Aires, la Bodega Salentein en
Mendoza y la Torre Parque Olazábal en Córdoba.
Sin dudas, el confort es la aplicación más atractiva que
ofrece la domótica para el cliente promedio, ya que se pueden tener preprogramas
todas las funciones de iluminación y climatización de una vivienda. Las
posibilidades son enormes, desde determinar el horario de encendido de la
calefacción (o el equipo de aire acondicionado) en función de la llegada de la
familia al hogar, el apagado automático de las luces –a través de sensores-
cuando alguien sale de una habitación, el cierre de persianas, black out o
toldos, predeterminar la hora de riego, entre otras. Además de tener la posibilidad
de manejar todas estas utilidades a distancia, a través de una conexión a
Internet, ya sea desde una computadora o desde un teléfono celular.
Pero, además, del confort, la domótica se desarrolla también
en otros tres pilares muy importantes:
Seguridad: se
pueden controlar alarmas tanto de robo como técnicas (de incendio, de fugas de
gas y pérdidas de agua), detectar presencia de intrusos, vigilar a través del
monitoreo de cámaras y crear escenas de simulación de presencia (escena: concepto
que se utiliza en domótica para designar un conjunto de funciones programadas
para generar un efecto determinado).
Domótica para tercera
edad y discapacitados: un sistema inteligente, diseñado en función de las
necesidades específicas, puede ofrecer un mayor grado de autonomía para las
personas con discapacidades tanto físicas como intelectuales.
Ahorro de energía:
a partir de la información que proporciona el sistema sobre el gasto energético,
y en función del consumo de los habitantes del hogar, se programan las
funciones para hacer un uso razonable de los recursos.
Estas aplicaciones tienen un correlato según el mercado: “En
México, la domótica está a full con el tema de seguridad, porque es un problema
es ese país; en Estados Unidos, con el tema de ocio y el confort; y, en Europa,
con la parte de sustentabilidad, ya que ahí se necesita tener un control sobre
los recursos. En Argentina, no estamos dirigidos a un punto específico, la
dómotica se está desarrollando en todas las áreas, lo más probable es que a una
persona que construya su casa en country le interese más la seguridad, y a un
empresario, el factor del ahorro energético”, explica la arquitecta Adriana
Santiago, directora de Expo Casa Domótica.
Si bien está claro que, en la actualidad, este producto no
está destinado a los segmentos medios y, menos aún, bajos de la sociedad, hay
ciertas discrepancias en relación al target de los consumidores. Diego Cassino, cofundador y director de Marketing de
Broken Mind, empresa proveedora de sistemas inteligentes, dice: “Este producto
va dirigido al nivel adquisitivo ABC1, aunque toda la tecnología empieza siendo
premium. Primero la adquieren los early adopters y, por lo general, empieza con
valores muy altos, pero la dómotica va a ser un estándar, los costos van a
bajar y va a llegar a las clases medias. Pasó con lo celulares, que empezaron
siendo premium y, hoy en día, los tiene todo el mundo”. Broken Mind instala
sistemas importados, y ofrece la posibilidad de ir domotizando por segmentos
(iluminación, climatización, entretenimiento y seguridad), el módulo inicial
tiene un costo de US$ 5.000, que controla 24 efectos y dispone de 30 escenas.
Sin embargo, desde Domotic, empresa fabricante de sistemas
dómoticos, su director, el ingeniero Fernando Otero Barreira, afirma: “La
domótica está dirigida a cualquiera que pueda construir una vivienda, puede ser
que los que puedan construir sean un sector premium pero, el que puede
construir, o puede hacer con domótica”. Domotic provee el producto a edificaciones
nuevas, ya sean casas o edificios, tanto de viviendas como comerciales. Lo
óptimo es que el sistema domótico esté contemplado en el proyecto, aunque se puede
incorporar antes de hacer las cañerías eléctricas. Se hacen dos instalaciones
eléctricas: una, la tradicional de alta tensión, y otra, de baja tensión para
sensores, buses y transmisión de datos, de esta manera, el sistema es no
interferible. Los costos son de entre US$ 12 y US$ 15 por metro cuadrado para
casas, y para todo un edificio, entre US$ 1.200 y US$ 1.700 por unidad
funcional.
La arquitecta Santiago opina: “El costo de agregar domótica
a una edificación es diferencial, pero depende de los equipos que se elijan, no
es lo mismo adquirir un sistema nacional, que hay de excelente calidad y tiene
el beneficio extra de que la garantía también sea nacional, que optar por un
equipo importado. Además, hay que tener en cuanta las necesidades de los
habitantes de la vivienda e ir incorporando desde ese lugar, hay sistemas
básicos que no son costosos”.
En lo que todos coinciden es que el potencial de desarrollo es
ilimitado, que el crecimiento es exponencial y que tiene mucho futuro. Pero,
también, acuerdan en que es un producto poco conocido todavía, por eso, una
parte del trabajo es explicar de qué se trata, y no sólo al cliente final, sino
principalmente a los arquitectos, ingenieros que son el nexo entre los
desarrolladores y el cliente, porque si los intermediarias no conocen o no
entiende el producto, no pueden asesorar.
Aunque resulte paradójico, el hecho de que la Argentina se
encuentre 15 años atrasada en domótica, resulta una ventaja en este mundo
globalizado, ya hay experiencia en aplicaciones de sistemas en otros países y
se sabe qué equipos resultan más ventajosos para determinadas escenas. Permite
conocer qué es lo que funciono y qué ya no se usa.
Normativa
Hay un bache en el área de la domótica y tiene que ver con
la instalación. “Por una lado, está la persona que se va a construir una casa,
por otro, un arquitecto o un ingeniero que va a hacer el proyecto y, también,
la empresa que va a hacer la automatización del hogar. Ahora, cómo llega el
sistema domótico a la vivienda, es, todavía, un terreno intransitado”, explica
Santiago.
Para hacer una instalación de gas o de electricidad se
necesita un gasista o un electricista matriculado pero, hasta ahora, no existe
ningún instalador matriculado de domótica, porque no hay una normativa de
electrónica domótica. La buena noticia es que la Asociación Electrotécnica
Argentina (AEA) está trabajando en eso, y el reglamento va a estar listo para
presentarse en Expo Casa Domótica 2008, desde donde se a va a hacer el
lanzamiento. La idea es que el Instituto Tecnológico Argentino (ITA) dé este
tipo de cursos, porque, en la actualidad, hay cursos de instalador de domótica,
pero los da cada empresa privada para instalar sus propios equipos.
Desde la dirección de Expo Casa Domótica, se aspira a que se
cree una nueva fuente de trabajo, y que se resuelva la instalación de los
equipos de las empresas nacionales, ya que éstas van a poder contratar
instaladores para sus equipos y, por otro lado, la gente también va a contar
con la posibilidad de elección a través de la variedad de costos.
Domótica: surge de la unión de las palabras domus (del latín, casa) y robótica (del checo, robota, trabajo o prestación personal).
Domótica: surge de la unión de las palabras domus (del latín, casa) y robótica (del checo, robota, trabajo o prestación personal).
Inmótica: es la
domótica aplicada a edificios.
Una parte de la nota se puede leer en http://www.areas-digital.com.ar/nota.php?id=20147
Publicado en revista Áreas en junio de 2008.
Una parte de la nota se puede leer en http://www.areas-digital.com.ar/nota.php?id=20147
Publicado en revista Áreas en junio de 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario