El sociólogo
Ignacio O´Donnell, recientemente designado funcionario en la Sedronar, da
detalles de la situación del consumo de drogas en el país y analiza los
distintos tipos de tratamientos para tratar las adicciones.
Sociólogo y magíster en Tratamiento de Adicciones, Ignacio
O’ Donnell tiene una vasta trayectoria académica y trabajó en villas, cárceles
y asentamientos. A fines del año anterior, con la designación de Rafael Bielsa
al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción
y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), se transformó en el subsecretario
nacional de Planificación, Prevención y Asistencia. Antes, había sido el
director del Programa Ambulatorio en Villas de la Ciudad de Buenos Aires.
También fue responsable de Casa Flores, la primera institución del país
dedicada al tratamiento del paco en adultos.
En la entrevista con Debate, brinda un panorama de los
cambios registrados en los últimos años en el consumo de drogas en la Argentina
y respalda el “modelo Minnesotta” de tratamiento, que concibe a la drogadicción
como una enfermedad crónica y progresiva y no como la consecuencia de otras
patologías. También detalla cuáles serán los principales lineamientos de su
trabajo como subsecretario y habla sobre el proyecto de despenalización de la
tenencia de drogas para el consumo personal, presentado por Aníbal Fernández en
el Senado de la Nación.
Si bien hay un
amesetamiento y un descenso del consumo en la población general, que tiene un
correlato en las mejoras en las condiciones de vida y socioeconómicas del país
después de la crisis de 2001, observamos un aumento del consumo en la juventud. En especial
en el abuso de alcohol en los jóvenes y en el aumento del consumo de marihuana.
Argentina tiene también un consumo elevado de fármacos, como benzodiacepinas y
anfetaminas. Nuestro país no escapa de los parámetros mundiales, en los cuales
todavía persiste el problema de las drogas y del consumo en general, porque
esto va acompañado de una cultura consumista. Por eso, tenemos que trabajar
para prevenir y asistir a los que tienen un problema.
¿Cómo se
relaciona el consumo de drogas con el consumismo?
Ésta es una
sociedad en la cual se medicaliza la vida. Por ejemplo: antes se hacía un duelo ante el
fallecimiento de un pariente y ahora se toma un rivotril. En los jóvenes, por
la publicidad, está muy asociado el tema del alcohol con la diversión. Si
nosotros, como especialistas, no incorporamos las representaciones sociales que
tiene la sociedad respecto de las sustancias, no podemos competir contra los
mensajes de promoción del consumo. Entonces tenemos que ser los suficientemente
duchos, para poder contraponernos a los mensajes comerciales de alcohol, de
cigarrillos, de distintos temas.
¿El consumo de
paco esté asociado a la pobreza?
Si bien el paco lo
encontramos permeado a las clases medias, sigue siendo una droga que está muy
fuertemente asociada a la exclusión y a las villas. Aunque puede pasar que un
consumidor habitual vaya a comprar droga a una villa y, al no conseguir
cocaína, termina consumiendo pasta base. Sin embargo, todavía hoy está más
fuertemente asociado a los territorios de mayor vulnerabilidad y de exclusión
social grave.
¿Cuál es el
mejor tratamiento para tratar las adicciones?
Distintas
personas se adaptan a distintos tipos de tratamiento. Lo que sí podemos decir, basados
en la evidencia científica, es que hay algunos tratamientos no cumplen su
función, como pueden ser los viejos esquemas basados en la confrontación o muy
conductuales, o que aplican castigos. Hoy, se trabaja mucho sobre los
pensamientos y los sentimientos de las personas y, también, con estímulos y motivaciones.
Después, en desarrollar un proyecto de vida. Los tres ejes más importantes de
los que consideramos un tratamiento efectivo son: evaluar -un paso muy
importante para la persona- el daño que se ocasionaron y ocasionaron, tener
información sobre la enfermedad y poder desarrollar habilidades para la vida. Por supuesto,
desde una perspectiva integral que incluya la reinserción y a la familia.
Vemos que es más
difícil tratar a una persona con una historia crónica con el alcohol o con todo
lo que tiene que ver con las cocaínas. En el país no hay opiáceos, que es
complicado de atender. Hoy se especializa un poco entre mujeres y hombres, y
entre jóvenes y mayores, pero básicamente los tratamientos son similares, tanto para el alcohol como para una droga.
¿Cómo son los
porcentajes entre mujeres y hombres de adicciones a las drogas?
Generalmente hay
una mayoría bastante grande de hombres que se puede ubicar entre un 70 y 80 por
ciento en lo que es la demanda de tratamiento.
¿Y esto a que
se debe? ¿Cómo se explican estos números?
Por un lado puede
ser un tema cultural. Para la mujer es más difícil pedir ayuda porque, al ser
adicta, transgrede dos veces, la primera por su adicción y la segunda, porque
rompe con el rol que le asigna la sociedad, que es el de ser contenedora,
moderadora. También hay una parte biológica, dado la diferencia de metabolismo,
a la misma cantidad de drogas o de alcohol, la mujer tiene menos capacidad de
procesarla que un varón.
¿Por qué un
consumidor se vuelve un adicto?
Básicamente hay
tres factores que son los que interactúan en el desarrollo de una adicción: uno
el medio ambiente en el cual se cría una persona compuesto por la familia, el
barrio y la sociedad en un determinado momento social y político; otro es la
estructura psicológica, con sus tendencias a la depresión o a otros problemas.
El tercer componenete es la droga misma, ya que si se empieza a consumir a una
edad temprana, hay muchas más posibilidades de convertirse en un adicto. Esto
es muy importante para la prevención, ya que el cerebro no está del todo
formado hasta los 21 años, o los 18 según algunos profesionales. Entonces, el
consumo temprano es realmente grave para el cuidado de las personas. Postergar
el consumo o evitarlo, siempre que sea posible, es un objetivo muy importante
en la prevención.
El programa de
los 12 pasos o escuela de Minnesota, ¿es un sistema adecuado?
Sí. En Argentina
está bastante desarrollado en los grupos de AA y NA y la verdad es que tienen
muy buenos resultados en lo que hace a la recuperación a largo plazo, es una de
las estrategias que realmente dan resultados.
¿En qué
consiste?
Se trata en
grupos de ayuda mutua, que antes se decía, equivocadamente, de autoayuda, que
refiere al valor terapéutico de un adicto que ayuda a otro. A través del
concepto de la enfermedad de la adicción como un problema crónico, propone
cuidados de por vida. Además, tiene un componente espiritual no religioso, que
es un buen acompañante, en especial para las personas llegan muy deterioradas al
tratamiento y que, de alguna manera, tienen que reconstruir su vida.
Entonces, ¿el
grupo tiene un lugar importante en la recuperación?
Desde ya, porque
se da una fraternidad, en el sentido de que uno ayuda al otro y el que va más
adelante va pasando la experiencia, entonces es realmente contenedor.
¿Cuáles son
los datos de adherencia al tratamiento y de recaídas?
Actualmente, los
niveles de adherencia y de resultado en adicciones tienen niveles de recaída y
de recuperación similares a otras enfermedades como pueden ser el cáncer, la
diabetes o la hipertensión, que tienen índices altos de recaídas. Por eso es
importante quitarle el estigma moral a la enfermedad, porque ningún médico
echaría de su consultorio a un hipertenso por haberse comido un salamín.
Entonces, no podemos incriminar al adicto porque vuelva a consumir. Observamos
que muchas veces, la persona tarda varios años y entre cuatro y cinco
tratamientos en parar de consumir. Hay que verlo como un proceso a largo plazo:
no es que un momento se hace el tratamiento, se cura y ya está, sino que es
importante el seguimiento y el acompañamiento.
¿Qué es lo más
difícil de enfrentar para las personas que están en recuperación?
En especial para
las personas que tienen una larga historia de adicciones, existe la cuestión de
que toda su personalidad está atravesada por el consumo. Entonces hay un miedo
a cómo ser padre, hijo, amigo, tener proyectos o trabajar sin consumir drogas.
En definitiva, el gran tema es cómo poder recrear una personalidad sin apoyarse
en el uso de drogas. Veo que esto asusta a la gente y muchos creen que no van a
poder hacerlo. Aprender a no depender es un proceso que implica un dolor
implícito, un riesgo permanente y un alto grado de vulnerabilidad para la
persona.
Usted tiene un
magíster en Tratamiento y Prevención de las Drogadependencias, ¿qué diferencias
encontró entre la teoría y la práctica?
En el territorio
se te queman los libros. En la teoría se habla de método y técnica, cuando en
el territorio lo más importante es la estrategia y esa estrategia debe
necesariamente implicar a uno. Yo soy sociólogo, así que tuve que aprender
técnicas de trabajo social, porque no se puede hablarle de tratamiento a
alguien que tiene hambre, que está en peligro su vida o que no tiene garantizadas
las condiciones mínimas de subsistencia. Cuando una persona es discriminada y
no tiene herramientas básicas como inserción laboral, educativa, acceso a la
recreación, es muy difícil el abordaje. En un centro de tratamiento de clase
media, hay condiciones con las que se puede contar, pero esto no sucede en todos
lados.
¿Por qué se habla del estigma del adicto?
Porque la imagen
del adicto es la del pibe de los barrios, de las villas, pero es muy importante
evitar la estigmatización y la discriminación de la adicción y del adicto. Hay
mucha hipocresía también, porque hay yuppies que consumen cocaína o empresarios
que cuando llegan a su casa se toman tres whiskies y no les habla a sus hijos o
señoras que viven tomando pastillas y ninguno de ellos es percibido como un
adicto.
¿Cuáles son
los principales lineamientos que piensan darle a su gestión?
En primer lugar,
la idea es que la Sedronar vuelva a ser el órgano rector en políticas de drogas
a nivel nacional. En el sentido de fortalecer la federalización y
descentralizar, ya que muchos de los servicios están concentrados en el Área
Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Por otro lado, desde el Gobierno hay una
decisión fuerte de trabajar en el
territorio y la vulnerabilidad social como prioridad. Esto, dentro de
las tareas que realiza mi área, que es la asistencia, nos lleva a trabajar en
las villas, los asentamientos y los grandes centros habitacionales del país.
Para eso, uno de los ejes es hacer un trabajo interministerial, por ejemplo,
pensamos trabajar en los Centros Integradores Comunitarios (CIC), que están
distribuidos por todo el país y dependen de la cartera de Desarrollo Social. Y
también, pensamos hacer foco en el paco, sin ir en detrimento del resto de las
drogas y de todas las poblaciones que necesiten atención.
¿Tienen
pensado trabajar con las distintas asociaciones de madres contra el paco?
Sí, desde el
principio de su gestión, Rafael
Bielsa hizo hincapié en este sentido y estamos teniendo casi
una reunión semanal con ellas. Es parte de una convocatoria amplia que estamos
llevando adelante, porque vemos que hay que fortalecer, facilitar y agilizar la
llegada de las personas al tratamiento, y también porque es muy importante la
reinserción durante el proceso del tratamiento y posterior al tratamiento.
Entonces, en ese contexto, realizamos, para principios de mayo, una
convocatoria amplia que incluye a equipos nuestros, a las organizaciones
sociales, a las comunidades terapéuticas, a las asociaciones de madres, a los
grupos de ayuda mutua como Alcohólicos Anónimos (AA) y Narcóticos Anónimos (NA),
a las asociaciones de reducción de daños, a los efectores de salud mental y
hospitales, a las iglesias, católicas y protestantes, y a los distintos actores
que tiene que ver con este tema. La idea es hacer una red de integración entre
aquellos que están en el territorio con los que están afuera.
¿Cuál es la
finalidad de construir esta gran red?
Por un lado sirve
para fortalecer estrategias, porque por ejemplo, nosotros, en el proceso de
facilitar y agilizar el tratamiento, enfatizamos mucho en que el tratamiento se puede iniciar en un
hospital o en una comunidad terapéutica, pero la recuperación a largo plazo
debe ser dentro de la
comunidad. Entonces debemos, no solo intervenir sobre el
individuo y sus factores individuales, sino sobre la comunidad y los factores
comunitarios. Para eso, trabajamos en sociedad con las organizaciones
comunitarias: hemos agilizado los procesos de admisión y de derivación, a
partir de que las personas vengan evaluados desde las organizaciones para que
directamente puedan ir a un tratamiento. Y también para fortalecer la
prevención, en un sentido amplio, que incluya recaídas, por ejemplo. Porque si
la persona hace un tratamiento y cuando vuelve al barrio no tiene trabajo, no
tiene educación, no tiene recreación, vive en medio de la violencia y en una
cultura que no colabora a una vida útil y productiva, no estamos enfocando bien
el problema.
El senador Aníbal Fernández
presentó, el 29 de marzo, un proyecto de ley que no penaliza la tenencia de
drogas para el consumo personal, ¿qué opina al respecto?
La Sedronar, que
junto a otros organismos nacionales fue consultada respecto del proyecto, apoyó
la idea de que el derecho legal esté alineado con el derecho jurisdiccional. Pero
no hay que confundir esto con la legalización. Lo que se respaldó fue la
despenalización para una cantidad mínima para consumo propio, con la idea de sacar
del fuero Penal y Criminal el hecho del consumo personal. Además, se observó
que las penas para los narcotraficantes y los vendedores de drogas son muy
duras, lo que nos parece un buen mensaje. Esto no implica que se aliente el
consumo ni que no se intente tender un cerco a las personas que comercian y se
benefician con la salud de los demás.
El ex titular
de la Sedronar, el diputado Eduardo Amadeo, cuestionó la medida diciendo que
antes de penalizar, “había que pensar si el Estado estaba en condiciones de dar
contención a los adictos”. ¿El Estado está en condiciones de asumir esa contención?
Yo no veo la contradicción
entre una cosa y la otra; no veo la relación directa. Lo que podemos decir es
que nosotros estamos tomando medidas concretas y estamos teniendo el apoyo
político para llevarlas adelante para aumentar las prestaciones que realizamos,
para que éstas se acerquen a los barrios, para que se pueda trabajar en
conjunto con las organizaciones, para trabajar en todas las líneas de
prevención. Estamos trabajando muy arduamente.
Recuerdo
El subsecretario de la Sedronar es hijo del reconocido politólogo Guillermo O´Donnell, quien falleció en noviembre de 2011. “Es un orgullo ver la influencia que él tuvo en el proceso democratizador de Sudamérica, al que creo que él contribuyó. Y es conmovedor ver todo el cariño y el aprecio que le tiene la gente, y todo lo que dejó, no sólo a nosotros como hijos, sino a sus estudiantes y colegas. Mi padre me dejó un legado muy importante en el interés por lo público, la ética, la honestidad, el compromiso y los valores de trabajo. Me da mucho orgullo y estaré agradecido eternamente porque por eso soy quien soy hoy”, así lo recuerda Ignacio.
Ayuda
La Sedronar tiene a disposición de la ciudadanía la línea de teléfono 0800-222-1133 para brindar información de los servicios que ofrecen en todo el país, así como también para solicitar entrevistas y orientación sobre adicciones. El servicio es anónimo y gratuito.
Recuerdo
El subsecretario de la Sedronar es hijo del reconocido politólogo Guillermo O´Donnell, quien falleció en noviembre de 2011. “Es un orgullo ver la influencia que él tuvo en el proceso democratizador de Sudamérica, al que creo que él contribuyó. Y es conmovedor ver todo el cariño y el aprecio que le tiene la gente, y todo lo que dejó, no sólo a nosotros como hijos, sino a sus estudiantes y colegas. Mi padre me dejó un legado muy importante en el interés por lo público, la ética, la honestidad, el compromiso y los valores de trabajo. Me da mucho orgullo y estaré agradecido eternamente porque por eso soy quien soy hoy”, así lo recuerda Ignacio.
Ayuda
La Sedronar tiene a disposición de la ciudadanía la línea de teléfono 0800-222-1133 para brindar información de los servicios que ofrecen en todo el país, así como también para solicitar entrevistas y orientación sobre adicciones. El servicio es anónimo y gratuito.
Publicado en Debate en abril de 2012.
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