lunes, 25 de abril de 2016

Cuando ya no estemos aquí

El físico italiano Carlo Rovelli, uno de los fundadores de la teoría de la “gravedad cuántica de bucles”, es capaz de explicar una idea tan compleja como el tiempo, meterse a desentrañar cómo funciona el universo y transformarse en un best seller traducido a 30 idiomas. Entre sus logros figura haber podido unir ciencias duras con literatura. Fue invitado por Lectura Mundi en el marco de Narrativas de lo Real: dio conferencias, recibió un doctorado Honoris Causa de la Unsam y le confesó a Malena Azcona que, en realidad, su sueño era convertirse en un vagabundo.

El hombre sale del teatro Tornavía en el campus Miguelete de la Unsam. Afuera ya no llueve. Es uno de las 150 personas que abarrotaron la sala para ver al físico italiano Carlo Rovelli. Sonríe.

—Yo creía que de Física no sabía nada, pero a este tipo le entendí todo.

El amigo también sonríe.

viernes, 22 de abril de 2016

Las muñecas han empezado a olvidar


En la obra Etiopía, dos muñecas, Brumaria y Germinal, esperan el regreso de Herminia, la pequeña hija de dos militantes de los años setenta que, inexplicablemente para ellas, han desaparecido.

Brumaria y Germinal tienen muy pocos recursos –históricos y materiales– para saber qué pasó con Herminia y sus padres. Pero cuentan con algo muy poderoso: amor. Y así, solas, movilizadas por ese amor, pasan a la acción y emprenden su búsqueda. (¿Algún paralelismo con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en sus inicios, cuando no se tenían más que a ellas mismas?).

Las muñecas, que todo lo que saben es lo que les enseñó Herminia, han empezado a olvidar. Así que lo primero que hacen es intentar recuperar el lenguaje de la niña, que es el lenguaje de los padres militantes. Entonces repiten: revolución, plusvalía, tirano prófugo, utopía, sin poder darles un sentido ni una conexión.

martes, 19 de abril de 2016

#ViajoSola: Los que esperan el colectivo

Un médico argentino calificó como “víctimas propiciatorias” a las dos chicas asesinadas en Montañita. La periodista Malena Azcona escribe sobre la impotencia que sintió en la calle ante la reacción de las personas que vieron cómo sufría un acto de violencia de género. La miraron como si estuviera loca y no hicieron nada. Siguieron caminando, como si les diera lo mismo. Como si no les importara.

Viajé sola muchas veces, pero me sentí más sola en Buenos Aires, mi ciudad, que en otros lugares. No por no estar con un hombre al lado. Sola, porque nadie me ayudó cuando lo pedí.

Es sábado a la tarde y vuelvo (sola) a casa caminando de una clase de yoga. Esa clase semanal me reconcilia con el mundo, salgo de ahí pensando en posibilidades, proyectos, me siento poderosa, entera, sentimientos que se van diluyendo con el transcurrir de la semana y la realidad.