Una joven llamada Meriel se viste para un funeral. El muerto es Jonás: un amigo de su marido. Así comienza “Lo que se recuerda”, el cuento de Alice Munro que es uno de los nueve relatos del libro Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio, publicado en 2001.
La vida de Meriel es convencional, no pasa demasiado. Está casada con Pierre –ambos de 29 años– y tiene dos hijos: una nena y un varón. Su marido es profesor y “tiene responsabilidades corrientes”. Ella, aunque fue la universidad, no parece ocuparse de otra cosa que de su casa y los chicos.
Si bien la muerte es un tema que aparece en muchos cuentos de esta autora canadiense, en “Lo que se recuerda” el funeral de Jonás funciona para hacer avanzar la acción en otras direcciones. Aunque también, a luz de los hechos que se sucederán, tiene cierto simbolismo: el fin de la juventud para Muriel, o al menos, de su hasta entonces muy ordenada y previsible vida.
En la reunión posterior al funeral, conoce a Asher (el médico que asistió al muerto) que se ofrecerá para llevarla en auto hasta un geriátrico a visitar a Muriel, una especie de tía abuela suya a la que no ve desde hace un año. A partir de allí, su vida cambia: ella hace algo que nunca había imaginado. (¿O sí? El narrador nos anticipa: “Esperaba el momento para alejarse de su familia”). Su vida queda marcada para siempre.